martes, 5 de abril de 2011

Iñaqui Gabilondo quería las mañanas sin sexo

Javierre, si hubiera sido político, se habría rodeado de mujeres.
En este momento inhibirse como periodista y como persona sería grave. Así que Iñaqui Gabilondo ha convertido su videoblog  en su patria. Es la nueva  tierra, donde ha comenzado a sembrar. Porque callarse  sólo sirve para seguir corrigiendo los borradores de nuestra conciencia..
Cuando Iñaqui pisó por vez primera Sevilla para dirigir la emisora de la SER, enseguida advirtió que el programa de la mañana, con gran escucha femenina, tenía un tono sospechoso. Daba la sensación de  que las mujeres eran incapaces de asimilar algo que no fueran los juegos, los regalos y los discos. Esto no puede seguir así, pensó.
El prefería las mañanas sin sexo. Es decir unas mañanas que reflejasen el pulso de la ciudad y que pudieran interesar tanto al hombre como a la mujer.  Era una manera de extender el universo mental de la mujer, ampliando su vida cerrada de hogar. Era la Sevilla de 1971, cuando Iñaqui tenía 29 años y la tarea  radiofónica no estaba siempre  al servicio de la  comunidad.
He hecho una incursión  por el reciente  libro del querido compañero  Antonio Lorca sobre “José María Javierre. La sonrisa seductora de la Iglesia” y me he tomado  un descanso en un breve párrafo,  cuando el sacerdote  comenta  al periodista:
“Si yo hubiera sido político, me habría rodeado de mujeres, porque superan a los hombres en inteligencia, en capacidad de sufrimiento, y en ternura, que es una condición esencial  para la vida. Y jamás se quejan.”