Carolina Fernández, cordobesa, 31 años, licenciada en Ciencias de la Información, secretaria general de la Asamblea de Mujeres Periodistas de Sevilla. Desde 2005 es gerente de la APS, donde comenzó a trabajar, en diversos cometidos, en 2002.
-¿Cómo te sientes más a gusto, entre números o entre adjetivos?
Sin duda, entre adjetivos, aunque no negaré que fue una grata sorpresa descubrir que mi relación con los números no era la que pensaba, al comprobar que podía satisfacer las demandas que mi trabajo exigía en el ámbito de la gestión y administración de la Asociación. Soy periodista vocacional, lo que constituye una respuesta a la pregunta, aunque no puedo dejar de aclarar que la convivencia diaria con los números me ha reconciliado con ellos.
-¿Lees novelas policíacas?
Si, y además me apasionan. Desde hace unos meses devoro las novelas de los autores suecos de este género. Camilla Läckberg es, sin duda, mi favorita. Entre otros, debo decirte que con la trilogía de Stieg Larsson me acostaba a las tantas, no podía parar de leer.
-¿Ahora?
-Casualmente, estoy con la segunda novela de Asa Larsson, “Sangre derramada”, me quedé con ganas de más tras leer “Aurora Boreal”. Si te soy sincera, suelo leer todo lo que cae en mis manos, es una de mis grandes aficiones.
-¿Literatura hispana?
-Disfruto leyendo a Muñoz Molina, Juan José Millás, García Márquez... y como no podía ser de otra forma, José Saramago ocupa uno de los lugares predilectos entre mis escritores de cabecera.
¿Estás conforme con tu peso?
¡Menuda pregunta!, eso, al igual que la edad, no se le debe preguntar a una mujer (risas). No estoy más conforme con él que hace dos años, soy una persona que siempre se ha aceptado tal cual es, seguramente porque mi entorno también me ha aceptado en ese sentido. Somos más que un físico, pero cuando entra en juego la salud, lo mejor es llevar un estilo de vida saludable y equilibrado.
-¿Colectivos en tu vida?
Ante todo, me siento parte de nuestro colectivo: la prensa, los periodistas. Dentro de la gran familia que componemos los compañeros de profesión, me siento una mujer que comparte preocupaciones e inquietudes con el resto de mujeres periodistas. Por ese motivo, y desde el año 2008, trabajo con otras compañeras de la Asociación en la Coordinadora de la Asamblea de Mujeres Periodistas de Sevilla y provincia, porque creo que tenemos que seguir trabajando por la igualdad real y razonable (que no necesariamente tiene que ser paridad matemática).
-¿Qué te descorazona?
-Ver que las mujeres, aún siendo mayoría en las Facultades de Comunicación, no llegan a ocupar puestos de responsabilidad en los medios. Y motivaciones obvias, como las de cualquier trabajador, hacen que esté también afiliada al Sindicato de Periodistas de Andalucía, cuya labor me parece fundamental en la lucha por la dignificación de nuestra profesión.
-¿Dejaste algo para siempre en el siglo XX?
-La adolescencia y la mitificación sobre nuestra profesión. Cuando empecé a estudiar Periodismo en el año 98 creía, como muchos compañeros de pupitre, que las cosas serían más fáciles. La gran mayoría aspirábamos a convertirnos en el futuro Carl Bernstein, o en Oriana Fallaci.
-¿De qué te diste cuenta en la universidad?
-De que en esta profesión, a pesar de ser maravillosa, es muy difícil hacerte un hueco y de que no todos estamos destinados a ser comunicadores de masas. Cuando te topas con la realidad, y descubres que el intrusismo, los contratos precarios y los horarios incompatibles con la conciliación no existen para muchos compañeros, comprendes que es necesario regularizar la situación de los/as periodistas.
-¿Qué te mueve a la compasión?-Las injusticias del tipo que sean, la carencia de oportunidades, todo aquello que impida a la gente honesta alcanzar una vida plena. La compasión es un valor altísimo en los tiempos que corren, a pesar de ser denostada con frecuencia, pues pienso que es indispensable para frenar el proceso de deshumanización que vivimos. Este proceso ha generado la marginación injustificada de personas con aptitudes suficientes que, por motivos diversos, se han visto apartadas de la vida normal a la que todos aspiramos. 7 ---¿Quieres poner en orden estas palabras: Lealtad, amistad, amor, felicidad?
Amistad, amor, felicidad y lealtad, aunque no sé si es este orden (alfabético) al que te refieres. Bromas aparte, yo no sabría poner en orden de importancia estos conceptos. Primero porque no entiendo el amor si no va acompañado de la amistad y la lealtad. Obviamente, la felicidad viene por si sola cuando amas, no solo a tu pareja, sino a tu familia, a tus amigos, a tu trabajo, en definitiva, a todo aquello que hace que tu vida sea como es. Lo vamos a dejar en empate técnico.
-¿Córdoba más Sevilla es igual a...?
…mi hogar, mi vida. En Córdoba, ciudad en la que nací, tengo a mi familia y a grandes amigos, buenos recuerdos de mi infancia y juventud. Aún hoy, cuando paseo por sus calles, me siento parte de esa ciudad que me vio crecer. Sevilla también es mi casa. No me imagino viviendo en otro lugar que no sea éste. No sería quien soy si no tuviese mi corazón compartido, que no dividido, entre estas dos ciudades.