jueves, 22 de octubre de 2020

Las rosas blancas eran sus preferidas

Cuando a Ania Sarasola González le detectaron un cáncer en el cerebro estaba preparada para la vida. Tenía juventud, trabajo, cariño, amor y estudios. Era licenciada en Sociología, diplomada en Trabajo Social y máster en Recursos Humanos en Garrigues. Las rosas blancas eran sus preferidas. La flor de su vida se marchitó el 12 de octubre de 2020 a los 37 años. Ha convivido con el tumor desde 2012 entre momentos buenos y muchos sobresaltos. Pocos días antes de fallecer se le oyó quejarse; era casi una oración: “Que el de arriba no me mire tanto, que mire para otro lado” (Nadie se cansa de decir que son los hijos los que deben enterrar a los padres y no al revés. Bien lo saben Iñaki y Mamen, sus progenitores.)