miércoles, 8 de julio de 2020

Ceramista Sevillano

El joven ceramista cogió un trozo de barro para hacer una pieza. Lo amasó para que no tuviera ni burbujas ni partículas de aire, lo colocó en el torno, formó un jarrón y lo puso a secar. Mientras se deshumedecía el barro y pasaba por el horno, intenté conocer un poco más a Alfonso Magüesin. Entonces, en 1984, tenía 24 años. Era miembro de la asociación literaria Alhoja, palabra árabe que significa alondra. 
-¿Hasta adonde os lleva este pájaro?
-Hasta las nubes, porque estamos un poco en ellas, con nuestros poemas y la ilusión con que hacemos nuestras cosas. 
Los socios de Alhoja se reunían una vez a la semana en el bar Alameda, porque no tenían sede. Asistían poetas, novelistas, abogados, ceramistas, militares… Sólo hablaban de arte, nada de política. Y volvemos al barro, convertido ya en un jarrón de cerámica. Con el alfarero Joaquín García Colón hizo 80 piezas con dibujos de plantas. Fueron expuestas en el Casino Militar y se vendieron todas: 500.000 pesetas. Por el joven ceramista supe que la espada que figura en el escudo de la asociación Alhoja no está relacionada con el Casino Militar y que simboliza a la justicia. (36 años después de lo que ha contado se paró para siempre el valioso torno de la vida de Alfonso. Ocurrió el pasado 3 de abril. Descanse en paz)