viernes, 17 de mayo de 2019

Los rostros son como textos que todos tendemos a leer

Pascual Berniz se fue para no volver. Percibía la existencia como un enigma que encierra una sola certeza: el viaje hacia un final que a todos los seres nos unifica. 

Tenía 66 años. Suya es la escultura de acero que dedicó a “Los amantes de Teruel” en la llamada ciudad del amor.Tiene 15 metros de altura.

Un día en Córdoba, en el encuentro internacional de acuarelistas, me contó cómo convivía con el frío que hace en Teruel: ”En invierno tengo la sensación de que se relentece el tiempo y que la noche se dilata empujándome a la soledad y a pensar en la nada”.

--¿A qué te invita ese pensamiento?
 --A pintar, jugando con todos los colores para reflejar mi sed de vida

 --¿Qué haces ahora?
 --“Pinto primeros planos de rostros, porque son como textos que todos tendemos a leerlos. El rostro nos representa y actuamos como si todo lo que somos estuviese condensado en nuestra cara”.