Rodríguez Zapatero tenía a su izquierda al presidente ruso y enfrente a los periodistas. Se le veía entusiasmado. Contó que acababan de firmar un acuerdo para favorecer, follar y apoyar el turismo. (Se desconoce lo que hicieron los traductores para reflejar la riqueza verbal del presidente español).
El letrado de Diego Torres, exsocio de Iñaqui Urdangarin, en una de las sesiones del juicio del caso “Nos” agasajó a la triste concurrencia con esta sinceridad: “Yo soy un abogado heterodoxo y sexual”. Las risas delos procesados le hicieron rectificar: “quise decir procesal”).
En un programa de Tele 5 la presentadora buscó a Rafael Amargo este lugar: “Te voy a meter en una vagina”. Luego le salió la palabra exacta: vasija.
El emperador Marco Aurelio escribió que la relación sexual consistía nada más que en la fricción de una membrana y de la expulsión de un chorro de mucosidad.
La ministra de justicia con una simple mirada a la foto de la plaza de Colón detectó que los líderes del PP, Cs y Vox tenían muy altos los nieles de testosterona. Por eso los llamó sin morbo “los trifálicos.
