viernes, 3 de marzo de 2017

Medicamentos detrás de un crucifijo


El doctor Arti, médico personal del joven arzobispo Casto Grajera, no sabía cómo comunicar al más ilustre de sus pacientes los graves resultados de los últimos análisis de sangre. Después de su reciente viaje a África, el prelado se quejó al doctor Arti de dolores en las articulaciones hasta el punto de que le costaba trabajo alzar la sagrada forma en la celebración de la Eucaristía. Sentía mucho cansancio y la fiebre no le bajaba.
Cuando el médico fue recibido por el arzobispo en el despacho de su biblioteca vio algo que primero le causó sorpresa y después rabia. En aquel momento decidió no hablar de enfermedades sino del frío que hacía. Al despedirse del prelado vio de nuevo en la mesa medicamentos contra el VIH detrás de un crucifijo.