Aquella mañana Carlos Amigo había
desayunado café con leche, tostada, nada de grasa y un poco de
actualidad, pues a esa hora leía sólo los titulares de los periódicos.
Se afeita con maquinilla eléctrica. Si no le diera vergüenza, se
dejaría barba con tal de no rasurarse. Sabe leer la prensa en italiano
y en francés. Entendería con más trabajo los periódicos ingleses y no
sé hasta donde llegaría con su poquito de árabe. Y llegó la hora clara
del castellano. El arzobispo dijo muy seriamente: “¿Por qué no me ha
preguntado usted mi opinión sobre el pregonero de Semana Santa de este
año” (1986) Le contesté que era territorio informativo de Fernando
Gelán. Don Carlos añadió: “Hace unos días comentó Gelán, en su columna
de “El Correo” que había ganado el arzobispo porque había sido elegido
pregonero don Manuel Navarro. Dígale de mi parte que en absoluto
interviene el arzobispo en la elección de pregonero”.
-¿Contento con el elegido?
-Muy
contento porque Manolo Navarro es un cristiano comprometido que dirá en
su pregón palabras muy importantes a los cofrades y a los cristianos de
Sevilla.