lunes, 30 de mayo de 2016

Ya era tarde


Los ángeles saben volar porque se toman a sí mismos a la ligera, dicen en Escocia. En España los ángeles no vuelan, andan pausadamente por el camino que se han marcado para conseguir la perfección, la meta. En nuestro  país tuvimos de jefe de gobierno a un ángel: Adolfo Suárez. Fue presidente de Acción Católica en Ávila, secretario particular del gobernador civil de dicha capital, Fernando Herrero Tejedor, miembro del Opus Dei. Estudió en la Universidad más antigua de España, Salamanca, donde asistió a las clases de Derecho Administrativo del profesor Clavero Arévalo. En Sevilla, a finales de los 50,  durante unos meses, formó parte de la secretaría particular del gobernador civil  Hermenegildo Altozano Moraleda, del Opus Dei,  coronel jurídico de la Armada y miembro de la Secretaría Política de don Juan de Borbón.
Seis años antes de que nuestro ángel volara por primera y única vez, fue a verlo el rey Juan Carlos para entregarle el toisón de oro porque había logrado convertir el agua en vino, la dictadura en democracia. Ya era tarde. Suárez no sabía quién era su visitante