miércoles, 2 de marzo de 2016

Una distancia de seguridad

El pintor portugués Carlos Santos Marques huye de los colores primarios o secundarios puros, porque rara vez se encuentran en la naturaleza. Se siente atraído por los colores de "transición": violetas (entre azul y carmín), turquesas (entre azul y verde), naranjas (entre rojo y amarillo), y por los tonos ocre y de la tierra, una mezcla de varios colores siempre templados por el blanco. Pocos años después de dedicarse casi exclusivamente a la acuarela, su obra fue reconocida internacionalmente en la Bienal de Brioude (Francia) el año 2011.
-¿Qué pinta?
-El presente, los lugares que visito, la gente que conozco.
-¿Ver un cuadro suyo es como ver su alma?
-Lo intento, porque eso significa que estoy siendo auténtico.
-Cuando pinta ¿quién pretende ir por delante su corazón o su mente?
-Mis cuadros reflejan un equilibrio entre la razón y mi corazón. La razón se encarga del encuadre, de la composición, de los colores…Y el corazón busca espacio en el lienzo o en el papel para que la libertad de expresión deje su marca y para que la casualidad y lo accidental convivan.
-¿Cómo se deben mirar sus pinturas, de cerca o de lejos?
-Desde la media distancia, pero manteniendo siempre una "distancia de seguridad" para que no se descubran muchos defectos…
(Pregunto a Isabel Figueredo qué será del pintor sin ella a partir de ahora. Contesta que “Carlos será siempre Carlos. Sin mi seguirá su camino artístico porque nada ni nadie pueden quitarle el gran talento que tiene. Ha conseguido el reconocimiento y el respeto especialmente en Portugal, España y Francia. Lo he comprobado durante los últimos quince años en los que he seguido su trayectoria artística.” ¿Lo más valioso que tenéis en común? “Un hijo de trece años”.)