martes, 2 de febrero de 2016

Custodia con partido


Conozco a un viejo que leía novelas de amor, como el libro de Luis Sepúlveda, que de pronto se entregó a curiosear textos jurídicos. Como no encontró lo que buscaba acudió al despacho de un abogado amigo para hacerle una arriesgada consulta. Mientras esperaba en la antesala apuntó en su agenda lo que sigue: “Edad de mi nieto: nueve años. Desde hace tres comenta a la madre: yo quiero tener otro papá”. "Cuando hay partido de fútbol el progenitor deja al niño en la casa de sus padres, lo que supone cierto desbarajuste porque el pequeño tiene que dormir con la abuela. Cuando no hay partido se repite la escena porque no es capaz de renunciar a pasar como un soltero el fin de semana. El niño no comprende lo que le ocurre porque la madre no se lo cuenta para no entristecerlo y para no menoscabar la figura paterna. A la madre le concedieron la custodia, el padre recurrió y el Tribunal Supremo acordó la custodia compartida” 
El viejo que leía novelas de amor dejó de escribir al oír que el abogado amigo lo llamaba. 
Yo, que esperaba en la antesala, escuché primero que el viejo decía: “Quiero saber cuánto me cae, dada mi avanzada edad, si me lo cargo, porque el tío es un maltratador psicológico”. Después, la carcajada del letrado. 
Durante varios días leí todas las esquelas mortuorias y no aparecíó la del maltratador psicológico.