Cristina Pedroche recurrió por segundo año consecutivo
a las transparencias para quitarse un peso de abajo. De arriba no,
porque en su mente la carga de la libertad es liviana y su regla más
valiosa para andar por la vida, que es plena en lo profesional y en
todos los sentidos. Se casó hace poco.
La noche de las uvas las
campanadas no despertaron a los lobos, sí a la Pedroche que sonreía
para dar a entender que ella es como la ven los demás. Su piel no es
de cordero. Ya ha cumplido 27 años. A los 25 tenía un millón de
seguidores en twitter. Era la primera mujer en España que llegaba a esa
cifra. Colabora en Zapeando, programa vespertino de la Sexta (el
sexto no fornicar, dirán las que piensen de ella “ésta no es de las
nuestras”´).
Decía irónicamente Adolfo Marsillach que la
inmoralidad es una cuestión de estética, porque los desnudos hermosos
son muy decentes y los feos, inmorales.