Audiencia de Pablo VI a Golda Meir |
Cuando
el primer ministro israelí Netanyahu fue recibido en audiencia por el
papa Francisco, debió de sentirse muy orgulloso por el obsequio que
llevaba para él: un libro sobre la Inquisición española escrito en
castellano por su padre, que era historiador. El progenitor del Papa
trabajó como contador en el ferrocarril. El encuentro duró 25 minutos.
Más tiempo conversaron años antes Pablo VI, hijo de un abogado y la
entonces primera Jefa de Gobierno de Israel, Golda Meir, que, cuando se
dirigía al despacho del Pontífice, se sinceró con el secretario de
Estado que la acompañaba: “No se cómo seré recibida por el Papa. Soy
una pobre anciana, hija de un carpintero”. “No tenga miedo. El oficio
de carpintero es muy bien visto en este lugar” le contestó el cardenal
Villot. Pablo VI le expresó el cambio que había experimentado el pueblo
judío. De ser siempre dócil y pacífico se había convertido en firme y
decidido desde que tiene su propio país. La hija del carpintero dijo: cuando fuimos compasivos y débiles y sin un lugar nuestro donde vivir,
nos condujeron a las cámaras de gas.