domingo, 31 de agosto de 2014

Murió cuando leía un periódico

Cuando la viuda tuvo en sus temblorosas manos los resultados de la autopsia que practicaron a su anciano marido, decidió ponerse en contacto con el director del periódico al que estaba suscrita. Vía Internet le comunicó que su esposo había fallecido casi repentinamente cuando leía una entrevista publicada en el diario que tan dignamente pilotaba, Lejos de enfadarse la señora con el rotativo por tan fatal desenlace, expresó su agradecimiento a toda la plantilla del periódico por haber llenado de intenso placer los últimos minutos que vivió su fiel pareja. Sin embargo a la hermana preferida del difunto le envió un correo electrónico contándole la verdad:
 “Parecía que mi hombre había ingerido esos fármacos que corrigen la disfunción eréctil. Para salir de dudas hablé con nuestro médico de familia. Me dijo que nunca le había recetado esas pastillas, pero que estaba seguro de que había muerto de un calenton. No creí lo del calentón hasta que eché un vistazo a la dichosa entrevista, como el doctor me había aconsejado. Era un diálogo, con algunas impertinencias, entre un periodista y una presentadora de televisión. Hablaban de tangas y de “ponerse”... Ella decía que  los usaba porque no dejaban marca y hacían la silueta más sexy. En cuanto a lo de que le “pone” la conversación con un catedrático de ochenta años, entiendo que se referirá a que le sube la temperatura de la zona cubierta por el tanga con un ilustrado octogenario. Te avisaré cuando repartamos las cenizas de tu hermano. ¡Qué triste que nos convirtamos en polvo por un calentón! “