El Gobierno de Felipe González concedió, en 1994 la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo al humorista Luís Sánchez Polack. Tenía 68 años. El galardonado, que siempre sintió una gran admiración por el dictador Francisco Franco, comentó al enterarse de la grata noticia: “No sabía que el ministro de Trabajo José Antonio Griñán fuese tan inteligente”. Por aquellos años José Luís Coll, pareja artística de Sánchez Polack, jugaba al billar en la Moncloa con el presidente González.
En 1995,a propuesta de Griñán, fue concedida idéntica condecoración a Miguel Gila, compañero de Miguel Hernández en un campo de prisioneros.
Cuando falleció Gila, Joan M. Brusca escribió: “¿Está Dios? ¡Que se ponga! Que me da igual el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo… Es igual ¿eres San Pedro? Bueno, que por aquí debes tener a uno vestido con una camisa roja y con un teléfono en la mano…”
La Medalla al Mérito en el Trabajo, creada en 1926, estuvo suprimida durante la República.
En 1995,a propuesta de Griñán, fue concedida idéntica condecoración a Miguel Gila, compañero de Miguel Hernández en un campo de prisioneros.
Cuando falleció Gila, Joan M. Brusca escribió: “¿Está Dios? ¡Que se ponga! Que me da igual el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo… Es igual ¿eres San Pedro? Bueno, que por aquí debes tener a uno vestido con una camisa roja y con un teléfono en la mano…”
La Medalla al Mérito en el Trabajo, creada en 1926, estuvo suprimida durante la República.
