sábado, 5 de octubre de 2013

Casi le estrangulan



Valoraba mucho dos cualidades del sevillano: que sabe beber y que tiene mucho aguante. Del resto de españoles decía que se embriagaban con sólo comprar uvas. Esta teoría es de Eduardo Rodríguez Carmona, hermano de Vicente, que eran dueños de la desaparecida Taberna  “El traga”.
Eduardo conocía  por exeriencia ajena y propia la evolución que había sufrido la melopea. Lamentaba que en el transcurso de una cogorza en condiciones se prescindiera de la exaltación de la amistad y de los cantos regionales, que tanto contribuían de noche a la unidad nacional,  para dar paso a las borracheras tristes y sentimentales. E incluso a las tajadas que él llamaba comunicativas por el afán que sentía el tomatoso de narrar su vida a los demás.
-¿Lo más autentico que había en la taberna?
-Las personas y una foto del indio Jerónimo, hecha en 1888, que nos trajeron de América. En nuestro negocio entraban todo tipo de personas, incluso personalidades de todo el mundo, porque les cogía de paso, después de visitar el taller de Antonio Manfredi, el mejor sastre de toreros, para ver trabajar a sus bordadoras.
-¿Ha visto Ciudadano Kane?
-¿Y quién no?
-¿Sabe en quién se inspiró Orson Wells?
-En parte en la vida del abuelo de Patricia Hears.
-¿Figura ella en la lista de sus amistades?
Sonrió y se llevó un vaso de vino a la boca.
Eduardo trabajó en el cine. Hizo papeles cortos en las películas de su amigo Summers. Se le ve de cura, de guardia municipal y de cartero borracho en Cádiz. En esta ocasión se llevó un gran susto:
-El jefe de Correos de dicha  capital, al verme, por poco me estrangula  porque no se dio cuenta de que yo estaba rodando una película.