miércoles, 19 de junio de 2013

Rocío Jurado y el periodista

En el retrato se aprecia la cercanía de dos caras,  como si volvieran  al gozo de la adolescencia. Hay sensación de felicidad, ropa de invierno, temperatura adecuada. No hay conductas teatrales. Sólo está servida la verdad.
La mano derecha de la artista atrae  suavemente el rostro de su acompañante hacia el suyo. Arropa la mandíbula del hombre de un hipotético K.O. diciéndole “acércate más, mi bigotito”. Rocío era entonces la esposa de Pedro Carrasco, que fue campeón mundial de boxeo.   
Se hizo esta fotografía cuando empezaba a oírse en España que la chipionera estaba a punto de bajar del cielo una estrella en el hueco de sus manos  y que el amor llegaba y se iba como una ola.
Se trata de una foto convencional. Es decir, primero compraron un carrete, lo introdujeron en la cámara, sonó crac, lo revelaron y la imagen, que debió guardarse en un álbum familiar, tuvo, al cabo de los años, otro destino.
La digitalización tardó en llegar. La primera cámara digital apareció en 1990, año en que Roció Jurado cantó, en Miami, con Lola Flores “De primavera tengo la sonrisa y se convierte en fuego si me acarician…”
El acompañante de la estrella es el redactor gráfico Miguel Ángel León, muy apreciado, como persona y como profesional, en todos los medios de comunicación en los que trabajó: en El Correo de Andalucía, en agencias de Prensa y actualmente en RTVA.
En 2009 la  asociación Nueva Alameda (no la de Fleming) concedió a Miguel Ángel el título de Alamedero del Año “por sus excepcionales trabajos que hoy son soberbios documentos históricos y por lo que estos han contribuido a preservar y difundir la imagen de la zona”.
El retrato con el redactor gráfico y la artista es un testimonio de la estima que sentía la cantante por él. Es un testimonio que ahora se hace público sin permiso expreso del veterano y buen compañero, porque la foto no esconde nada y quizá guste conocer esta faceta cariñosa de Rocío Jurado con la prensa, en la persona de Miguel Ángel.