viernes, 18 de noviembre de 2011

Al final, no todos reciben el mismo tratamiento

-¿Qué aconseja usted, un enterramiento en la pared o en tierra?, dije  al Jefe de los Servicios del cementerio que entonces, hace muchos años, era Francisco Infiesta.
-¿Para quién va a ser?, me pregunta.
-Para mí.
-Actualmente yo le aconsejaría la incineración.
-Gracias, señor Infiesta. ¿Pero cuánto tendría que pagar mi viuda?
-Exactamente 5.360 pesetas. Como verá el Ayuntamiento, en este año de 1987, no tiene ánimo alguno de especulación.
-¿Y qué tiene usted decidido en este asunto?
-Que me incineren. Y lo mismo haría con cualquier familiar mío, por razones higiénicas. ¿No ha percibido usted los olores que producen los enterramientos en la pared durante los primeros quince días en que se descomponen los cadáveres?
-No, señor.
-Son insoportables, sobre todo en verano.
-¿Todos los cadáveres reciben el mismo tratamiento durante la incineración?
-Depende.
-¿Qué se tiene en cuenta?
-La edad del muerto.
-¿Se resisten al fuego los más jóvenes?
-¿Para qué entrar en estas precisiones?
-Tiene usted mucha razón. ¿Cómo transcurren los primeros momentos?
-Hay una llamarada grande que, en treinta minutos, acaba con el ochenta  por ciento del cadáver: la carne y el líquido. Los huesos bajan automáticamente a una segunda fase y son incinerados durante más de una hora. Y antes de entregar las cenizas a la persona que ha ordenado la incineración se pasa sobre ellas un imán.
-¿Sabe que me atrae el tema?
-Se pasa el imán  por si el cuerpo tuviese algún trozo de metal, dientes de oro, etc.  Se ha llegado a encontrar un trocito de hierro de una pieza ortopédica que llevaba puesta el difunto. Todo esto se pasa por una especie de molturador y se deja convertido en ceniza tan fina como la arena de la playa.
-¿Forman parte de la ceniza el féretro, los zapatos del difunto, etc?
-No, porque el horno mientras incinera  tiene una corriente de aire continua  que absorbe todo lo que se volatiliza: ataud,  ropa,  zapatos. Y todo esto es  depositado aparte por esa corriente de aire.
-¿Cuánto pesan las cenizas de un cuerpo normal?
-Dos kilos y medio.
-¿A qué temperatura trabaja el horno crematorio?
-A ochocientos grados centígrados, producidos por tres cremadores, cuyas llamas rodean como una aureola al féretro.