jueves, 8 de septiembre de 2011

Profesor Navarrete. (2) Comía con el interprete de Hitler

Don José María Navarrete dominaba  el alemán, pero en cierta  ocasión entró en  una frutería de Munich atraído por unas peras que había en el escaparate. A los pocos minutos le echaron del establecimiento a empujones. Ya en la calle recuperó su serenidad y se dio cuenta de que debía perfeccionar su vocabulario. No  no es lo mismo la palabra alemana “birne”, que significa pera,  que “dirne” que quiere decir prostituta. El profesor Navarrete pidió con toda naturalidad un kilo de “dirne” y pasó lo que pasó.
-¿Y sus hijos?
─Son unos invitados a la vida. Yo digo que tengo cuatro hijos únicos porque son radicalmente distintos. Alegría es el orden personificado. Nació en Munich. María Isabel es gallega como Chito, el tercero. El más pequeño, que se llama Maximiliano, como su abuelo, es valenciano.
─Munich, Galicia, Valencia... Un buen mapa de amor...
─Los funcionarios vamos dejando hijos por todos los puntos de destino.

─¿Dónde conoció a su esposa?
-En Munich, en la  Escuela de Intérpretes, donde yo era  profesor de Legislación Comparada y ella era ayudante del famoso Schmidt, intérprete personal de Hitler y Jefe del Servicio de Intérpretes del Ministerio de Asuntos Exteriores. ¿Ha oído hablar de Schmidt?
─Ahora.
─Fue el que entregó personalmente, en propia mano, a Hitler la declaración de guerra de Inglaterra a Alemania y el que estuvo presente en el encuentro de Franco con Hitler  en Hendaya.
-¿Hizo amistad con él?
-Yo comía todos los jueves en la Escuela de Intérpretes con Schmidt después de celebrar un seminario. En una de las sobremesas le pregunté si siendo intérprete de Hitler había viciado alguna traducción. Me contestó que tan sólo una vez. En una entrevista con Petain no  tradujo realmente las palabras que dijo Hitler.
-¿Cómo se lo reveló?
-No se trataba de un secreto, porque  después de la entrevista le dijo  a Hitler que había tergiversado un poco sus palabras, le explicó las  razones y Hitler le contestó: Ha hecho usted bien.
El profesor Navarrete nació en Cadiz. El me dijo que  en Málaga, porque allí aprendió a leer, que es también una forma de nacer, como diría  Vicente Aleixandre.