lunes, 4 de julio de 2011

Sindicalistas daneses, impresionados por lo que vieron en España

Del  primer ministro de Dinamarca me dijo que es  un inclusero. Pertenece al peonaje. Vive en un piso modesto de las llamadas viviendas populares.
De él que empezó a trabajar a los doce años en una fundición como soldador. Sus compañeros le eligieron representante de los trabajadores en la fábrica. El veterano al que sustituyó le dio este consejo: “No pienses nunca en que eres el chico de los recados entre la patronal y los trabajadores. Piensa en la dignidad que representa velar por los intereses de tus compañeros”.
Hablo con el presidente de la Unión General de Trabajadores de Dinamarca, Thomas Nielsen. Estamos en Sevilla. Verano  de 1975. Ha pasado unos días en San Sebastián, Bilbao, Oviedo Gijón y Madrid. Esta tarde se marcha para Barcelona.

-¿Qué es lo que más le  ha sorprendido de lo  visto en mi país?
-Las condiciones de vida y de trabajo de las masas españolas. Son mucho más difíciles  de lo que podríamos imaginar los daneses. Estas condiciones no son comparables en nada a lo que nosotros conocemos en nuestro país. Hay que referirse a libros de historia para encontrar condiciones semejantes en Dinamarca.
Le acompañan el vicepresidente de la UGT de Dinamarca, un miembro de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, un asesor y un periodista. Los mira cuando le oigo decir muy lentamente:
-No creo que haya un solo danés con vida que pueda recordar condiciones parecidas. Como trabajadores solidarios que somos, estas condiciones de vida y de trabajo en España nos han dejado una impresión francamente deprimente.
-¿Cómo se ha portado la policía española con ustedes?
-No nos ha molestado en ningún momento. Solamente controlaron el pasaporte de uno de los  miembros de nuestra delegación. El control fue largo. Parecía que el policía tenía un enorme interés en ello, ya que miraba el pasaporte como si se tratara de un incunable.
-¿Hablamos de los problemas que tiene Dinamarca?
-Con mucho gusto. Pero antes permítame que le presente al periodista danés que nos acompaña. Per Niholm, redactor de asuntos internacionales del diario del partido social-demócrata “Aktuel”. Se interesó por Felipe González. Le conté lo que sabía. Me dijo que cada  día enviaba  una crónica que aparecía en la primera página del periódico, con el fin de sensibilizar a la opinión pública y a la opinión  obrera danesa sobre lo que estaba  viendo en España.
Seguí hablando con Thomas Nielsen.
-¿Hay paro en Dinamarca?
-Ese es el problema gravísimo de nuestro país. Nos encontramos con un 10 por ciento, después de una situación estabilizada de muchos años, durante los cuales se registraba un paro de un dos a tres por ciento.
-¿A quiénes contarán nuestra situación?
-Entre otras organizaciones,  al  Comité Nórdico de Sindicatos, que tiene seis millones de afiliados.
Thomas Nielsen apagó el puro que fumaba. El y sus acompañantes habían venido a España oficialmente como turistas, invitados por unos buenos amigos.
El Sindicato vertical español, a través de la Embajada danesa,  hizo el máximo de gestiones para ponerse a disposición de ellos. Le contestaron, a través  del mismo vehículo, que no estaba previsto en  el programa verse con ellos.