Juan Álvarez Ossorio |
El profesor Ruiz Lagos sabía que su amigo Emilio Lemos, de 82 años, tenía hecho testamento, pero desconocía cómo deseaba ser enterrado. Los dos habían asistido al sepelio de Juan Álvarez Ossorio, último presidente de las Juntas Liberalistas de Andalucía. Vieron cómo entró en la iglesia el féretro sin bandera. Pensaban que así debe presentarse un hombre ante Dios. Después fue cubierto con la bandera andaluza cuando los amigos lo llevaban a hombros.
“Afortunadamente Juan ha sido enterrado como había querido. Después de 50 años de lucha se ha ganado a pulso dos metros de tierra en Andalucía y ser cubierto con la bandera andaluza” comentó Lemos a su amigo. Advirtieron las ausencias. Ni la Diputación ni el Ayuntamiento habían estado representados sabiendo que Juan Álvarez Ossorio fue depurado como funcionario por el régimen franquista. Esperaban un reconocimiento de la ciudad a la que sirvió.
Con estos pensamientos llevó Ruiz Lagos a Emilio Lemos hasta el número 7 de la calle Ortiz de Zúñiga, una casa del siglo XIX donde vive el viejo luchador. Tiene tres plantas y 20 habitaciones. Hace siete siglos vivió allí un funcionario árabe que trabajaba en los Reales Alcázares“Afortunadamente Juan ha sido enterrado como había querido. Después de 50 años de lucha se ha ganado a pulso dos metros de tierra en Andalucía y ser cubierto con la bandera andaluza” comentó Lemos a su amigo. Advirtieron las ausencias. Ni la Diputación ni el Ayuntamiento habían estado representados sabiendo que Juan Álvarez Ossorio fue depurado como funcionario por el régimen franquista. Esperaban un reconocimiento de la ciudad a la que sirvió.
Ruiz Lagos fue director del Instituto San Isidoro, experiencia que le abrió los ojos a la realidad y le transformó personalmente. Se vio como una buena persona intentando comprender a la gente. Le tocó realizar lo primero que se hacía en un centro docente: izó la bandera andaluza en el Instituto y colocó el retrato del rey, pintado por Eduardo Acosta. Después como catedrático de Literatura en la Escuela de Magisterio de Sevilla un día le vi explicar a sus alumnos el paisaje de la costa de la provincia de Cádiz, concretamente el castillo de Hércules sobre la playa de Chiclana. Y les habló de las gentes que hacen cerámica, de las que pisan la uva, de las que varean la aceituna y de las que pescan en Bonanza.
Juan Álvarez Ossorio conoció a Blas Infante en 1920. Aquel año le visitó en compañía de José Maria Osuna y Jiménez Tirado para atraerlo al partido socialista pues era un buen elemento: notario, licenciado en Filosofía y Letras y con menos de treinta años. Charlaron y a la salida comprendieron que Blas Infante los había captado. .