domingo, 22 de mayo de 2011

Cuando en política vale más la imagen que la realidad

─¿Cree que de vez en cuando un inocente es llevado al poder?
─Pienso que sí.
─¿Es su caso?
─Yo me considero un gran inocente en política, pero seguramente mucha gente dirá que no soy inocente.
─¿Sospechan de usted?
─Sí, porque yo no doy la imagen de inocente. Y como en política vale más la imagen que la realidad, no puedo defender mi inocencia. Pero me considero un cierto ingenuo en política.
    Miquel Roca tiene sed. Alguien que ya no está entre nosotros, Eugenio Alés, le trae un vaso con agua mineral. Su número dos, en la política de entonces, era el actual presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que no le acompañó a  Sevilla.

    Es uno de los siete padres de la Constitución Española. Fue su grupo parlamentario el que incorporó la no nuclearización de España cuando dieron su adhesión al tratado de la OTAN. Nació en Francia, en Cauderan.
─¿Quién le escribe sus intervenciones públicas?
 ─Todo lo que hablo en público lo escribo primero personalmente.
-¿Cómo es el proceso de elaboración de un discurso suyo?
─Lo escribo a mano. Después lo paso a máquina. Lo repaso. Hago las últimas correcciones y se pasa a limpio.
─Estos detalles me ahorran preguntarle cómo es usted.
─Sí, porque revelan que soy un obseso de la meticulosidad.
-¿Para qué puede servir el bipartidismo?
─Para radicalizar y tensionar la convivencia.
-¿Su estilo en política?
- No es atacar. Yo respeto los espacios políticos de los demás.
-¿Le preocupa algo?
-Aunque el problema es todavía incipiente, en nuestro país  hay un cierto fenómeno de dirigismo cultural.
-¿Le dijo alguien en serio o en broma: "Miquel, sobre esta roca edificaremos el porvenir de España"?
─Nadie me lo ha dicho. Yo no creo que sobre mi roca, sobre mi piedra, deba edificarse nada. En política siempre estamos al servicio de las ideas que defendemos.  
-¿A qué huele su casa a la hora de comer?
-A familia.