También El Correo de Andalucía se interesó hace muchos años por José Antonio Gaciño, como casi todos los periódicos de España. El trabajaba entonces en EL Ideal Gallego y a casi todos los periodistas preocupó que faltara al trabajo durante 72 horas en contra de su voluntad.
-¿Primera palabra que aprendiste en periodismo?
-Libertad. No la había en España cuando decidí dedicarme a esta profesión.
-¿Cómo empezarías tu biografía?
-Nací cuatro meses antes de que estallaran las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Algo tendrá que ver con el estremecimiento que me producen las inquietantes noticias sobre la central nuclear de Fukushima. Soy hijo de gallegos y padre de gallegos, y he padecido aquí y allí (en Andalucía y en Galicia) el recelo de los localistas profundos hacia los “intrusos” que aportan sentido crítico universal.
-¿Qué libros te esperan como buenos amigos en la hora de tu jubilación?
-Acaban de regalarme “Todo é silencio”, de Manuel Rivas, a quien vi crecer como periodista, como escritor y como amigo. Naturalmente, espero leerme el libro que acaba de publicar Rafael Rodríguez.
-¿Te hubiera gustado escribir una novela?
-“Rayuela”, pero se me adelantó Julio Cortázar.
-¿A quién admiras en el plano profesional?
-Todavía no me he cansado de admirar el trabajo de Kapucinski.
-¿Para qué está más dotada la presidenta en funciones de la APS, para crear pasado o futuro?
-¿Quieres decir que el pasado también se puede crear? Perdona esta contrapregunta a la gallega, pero no seré yo quien ponga en duda la capacidad de nadie para asumir su pasado o para planificar su futuro. Otra cosa es compartir los criterios. Y que conste que contesto ciñéndome a las preguntas, pero no me parece oportuno hacer lecturas personales de las candidaturas. Creo que la competición electoral debe ser más de proyectos que de personas, y que todos debemos guardar el máximo respeto a las personas.
-¿Crees que ella teme ser enterrada en vida, electoralmente hablando?
-No me gusta nada hablar de entierros, ni siquiera metafóricamente. No existe ninguna razón para que la presidenta en funciones tenga ese temor. Nadie pretende enterrarla y, en cualquier caso, ya ha hecho su aportación a la historia de la APS. Permanecerá viva en el recuerdo.
-¿Le regalarías algo en estos momentos?
-Unas magníficas vacaciones. Se las merece.
-¿Primera palabra que aprendiste en periodismo?
-Libertad. No la había en España cuando decidí dedicarme a esta profesión.
-¿Cómo empezarías tu biografía?
-Nací cuatro meses antes de que estallaran las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Algo tendrá que ver con el estremecimiento que me producen las inquietantes noticias sobre la central nuclear de Fukushima. Soy hijo de gallegos y padre de gallegos, y he padecido aquí y allí (en Andalucía y en Galicia) el recelo de los localistas profundos hacia los “intrusos” que aportan sentido crítico universal.
-¿Qué libros te esperan como buenos amigos en la hora de tu jubilación?
-Acaban de regalarme “Todo é silencio”, de Manuel Rivas, a quien vi crecer como periodista, como escritor y como amigo. Naturalmente, espero leerme el libro que acaba de publicar Rafael Rodríguez.
-¿Te hubiera gustado escribir una novela?
-“Rayuela”, pero se me adelantó Julio Cortázar.
-¿A quién admiras en el plano profesional?
-Todavía no me he cansado de admirar el trabajo de Kapucinski.
-¿Para qué está más dotada la presidenta en funciones de la APS, para crear pasado o futuro?
-¿Quieres decir que el pasado también se puede crear? Perdona esta contrapregunta a la gallega, pero no seré yo quien ponga en duda la capacidad de nadie para asumir su pasado o para planificar su futuro. Otra cosa es compartir los criterios. Y que conste que contesto ciñéndome a las preguntas, pero no me parece oportuno hacer lecturas personales de las candidaturas. Creo que la competición electoral debe ser más de proyectos que de personas, y que todos debemos guardar el máximo respeto a las personas.
-¿Crees que ella teme ser enterrada en vida, electoralmente hablando?
-No me gusta nada hablar de entierros, ni siquiera metafóricamente. No existe ninguna razón para que la presidenta en funciones tenga ese temor. Nadie pretende enterrarla y, en cualquier caso, ya ha hecho su aportación a la historia de la APS. Permanecerá viva en el recuerdo.
-¿Le regalarías algo en estos momentos?
-Unas magníficas vacaciones. Se las merece.