Ezequiel Martínez dirige y presenta en Canal Sur TV, desde abril de 1992, el programa semanal informativo Tierra y Mar. Se puede ver los domingos a la dos de la tarde.
El periodista, hijo muy orgulloso de Ezequiel y Cristina, nació en Madrid un martes 13 de de abril de 1948. El 13 es su número favorito, pero no desprecia el 14.
-¿Estás abrazado tiernamente a la TV?
- No.
-¿Aferrado?
-Estoy muy a gusto trabajando para este medio, que es el medio rey o reina, tanto monta…pero no me abrazo ni me aferro a ella, entre otras cosas porque es un electrodoméstico que se ha hecho ya de la familia. Trato de que los espectadores se sientan satisfechos con la calidad y el rigor informativo que les podemos ofrecer desde una televisión pública, pues desde un medio público tenemos la obligación de trabajar para ofrecer lo mejor, en este caso informativamente hablando, a la ciudadanía.
-¿Y la fama?
-Hay que ser cauto con la fama y la notoriedad que te confiere el ser un personaje habitual de la televisión. La gente te reconoce por la calle y eso debes llevarlo con naturalidad, para que no te afecte a más allá de los límites razonables.
-¿Cómo te ven en tu casa?
-Mi familia me canta las verdades del barquero. Creen que aunque yo diga que no, esto de que la Tele posibilite cierta fama y notoriedad influye negativamente, y a veces a uno se le suben los humos a la cabeza. Mi familia me percibe como una persona cariñosa, que trata de hacer felices a los que me rodean.
-¿Tus amigos?
-Creo que participan de la misma impresión
-¿Tus compañeros de trabajo?
-Aprueban mi forma de dirigir, no exenta de algunas críticas puntuales. Algunos piensan que soy demasiado blando, y es verdad que una de mis virtudes es no saber mandar, con autoridad. Este defecto lo compenso con tratar de ofrecer diálogo y posibilidades para que expresemos lo que sinceramente pensamos, sobre tal o cual cosa, o sobre el comportamiento de tal o cual persona, incluido como es lógico, el jefe.
-Me pones en el disparadero de preguntarte cómo eres.
-Procuro ser en el buen sentido de la palabra, -como diría Antonio Machado- bueno. Sin darle importancia, tratar de hacer las cosas bien y que tu trabajo y tu forma de vida, sirvan para producir satisfacciones a quienes te rodean, familia, amigos, colegas, y si llegas a más gente, como creo que es el caso con nuestro oficio, pues miel sobre hojuelas.
-¿Meticuloso?
-Perfeccionista, y eso a veces te lleva a exigir demasiado a tus colaboradores, a la gente con la que te ha tocado convivir en el trabajo. Creo en la labor del equipo y exijo respuestas individuales y colectivas ante los problemas a resolver.
-En resumen…
-Soy buen compañero, amable, cariñoso con las personas y protector de la naturaleza.
Ezequiel, a los diecisiete años comenzó a trabajar en la fábrica de Barreiro en Villaverde, como especialista en torno y fresa y más tarde en la oficina técnica de Recambios de la empresa Barreiro como técnico de primera. Y ya empezó a creer en sí mismo.
-¿Tu gran decisión?
-Cuando dejé mi mundo en Madrid, cuando hablé con Barreiro, pedí la liquidación, solté lastre, y dejé a mi familia allí Madrid para venir a trabajar al Sur, a Andalucía, y a Sevilla, en concreto. Muchos jóvenes hoy se plantean dejar su ciudad y su país para trabajar y abrirse camino en el extranjero. Es todo un dilema, pero la respuesta no está en el viento, como diría Bob Dylan, sino en la responsabilidad personal.
-¿Tu experiencia única?
-En 1992, Francis Romacho entonces Director de los Informativos de Canal Sur TV y Miguel Ángel Fernández me ofrecen trabajar en el diario que sobre la Expo del 92 iba a emitir Canal Sur TV desde abril a octubre, dirigido por Juan Teba. Los seis meses informando sobre la Expo de Sevilla fueron impagables. Una experiencia única en un acontecimiento mundial vivido en primera persona.
-Ezequiel, ¿cómo es tu universo personal?
-Grandioso. Lo meticuloso, o pequeño, lo concreto te lleva a aplicar esos aprendizajes u observaciones en las otras esferas más amplias de la vida. “Lo pequeño es hermoso”. Schumacher, en su obra “Small is beautifull”, lo define muy bien. Lo pequeño es hermoso y lo grande más hermoso aún porque abarca todas las pequeñas y grandes cosas. Gandhi nos dejó dicho: “Tenemos que vivir más sencillamente, para que otros, sencillamente, puedan vivir”
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-¿Sueles rebelarte?
-Sí. ¡Qué vida más anodina si se acepta todo lo que viene porque sí! El rebelarte contra las injusticias es una de las facultades que hacen al hombre más libre. Lucho por la justicia social y por la igualdad. Defiendo el mundo de la mujer para lograr la plena igualdad de derechos con respecto al hombre.
-¿Respetas?
-Respeto e incluso admiro a las personas que caminan en solitario, sin formar una familia, en aras de poder desarrollar mejor su obra personal, pero creo que crear una familia, y tener hijos es una de las mayores emociones y de las causas más gratificantes para el desarrollo de nuestra corta y perecedera vida.
-¿Dices esto último por experiencia?
-Sin duda, mi esposa Ángeles Mon y nuestra hija Rita, han sido y son fundamentales en lo poco o mucho que haya podido hacer y desde luego colman mi vida de dicha y felicidad, aunque estos atributos sean muy costosos de poder saborearlos. Pero puedo asegurar que Ángeles y Rita, colman mi vida de satisfacción.
-¿Te gobiernas o te gobiernan?
-Me gobierno y me gobiernan. Mi mujer me gobierna, como nos ocurre a la mayoría de los hombres, aunque no lo reconozcamos. Las mujeres nos gobiernan, y gracias a esto la sociedad funciona mejor. Cuando los hombres no tienen mujeres que los gobiernen y frenen en sus ideas y decisiones, a veces, testosterónicas, malo. El círculo primero, la familia, pierde, pierde el círculo segundo, las amistades, y pierde la sociedad.
-¿En qué quedamos?
-Yo gobierno mis actuaciones, mis decisiones, y trato de gobernar la conducta que me lleva en tal o cual dirección, y a veces, eso te lleva a las discusiones propias con hombres, o con mujeres.
-Casi sospecho lo que más te gusta de la vida…
-Tantas cosas. André Guidé señaló que para él, “la felicidad consistía en ver felices a los demás”. Comprendo el alto grado de sacrificio que conlleva, pero hago mía esa frase, o por mejor decir, me gustaría que mis acciones diarias procurasen ese efecto benefactor a los que a menudo nos rodean.
-Otro día, mañana si quieres, me cuentas lo de Adolfo Machado, Gabilondo, Pepe Fernández, Enrique García, José Antonio Gavira, Antonio Manfredi. También lo de tus estudios y cómo lo simultaneabas con el trabajo.