martes, 2 de julio de 2019

Recordando a Rosi Valpuesta con el director de los Cursos de Verano de la UPO

Paco, ¿qué es para ti Carmona?
- Mi ciudad y mi templo. Aquí nací hace 57 años, de los que 36 he dedicado a la Universidad.

 -¿En qué andas ahora?
 -Persiguiendo al tiempo, pero al final el tiempo siempre acaba persiguiéndome a mí. 

 Francisco Hidalgo Rosendo es director de la Sede Olavide en Carmona-Rectora Rosario Valpuesta. (De su profesión dice que “los funcionarios como servidores públicos debemos estar siempre al servicio de los ciudadanos”)

 -¿Una de las pasiones de Rosario Valpuesta?
 -Carmona. Le encantaba venir a recorrerla y perderse por sus calles y callejones, a los que definía como “calles machistas”, por lo tosco e inapropiado del suelo, repleto de cantos y adoquines, para el calzado femenino de tacón. 

(Rosario Valpuesta falleció en 2013, Ese mismo año el Ayuntamiento de Sevilla le concedió a título póstumo, como ocurre casi siempre, la medalla de oro de la ciudad. Tenía 60 años)

-¿Su muerte?
 -Fue doloroso e injusto que una persona tan luchadora, comprometida y visionaria como Rosi, nos dejará tan pronto. Le quedaba mucho por lo que vivir, mucho por lo que luchar, mucho por escribir, y mucho que decir sobre todo ahora con toda esta maraña social, política y económica que estamos resistiendo.

 -¿Quiénes cuidan de su legado?
 -Sus discípulos, sus colegas, su familia y la Asociación Rosario Valpuesta. Por estos motivos, la tristeza por su pérdida se torna, a veces, gozo en su recuerdo.

-¿Recuerdas lo que valoraba más en sus colaboradores?
-La lealtad y el compromiso. Le gustaba la gente resolutiva, delegar su trabajo y su vida, y ponerla en manos del común denominador. La confianza que nos inspiraba y trasladaba era difícil de quebrar.

-¿Cómo disfrutaba?
-Le gustaba disfrutar de lo pequeño, de lo sencillo, y lo estiraba como un chicle. Y sobre todo trabajando por y para la sociedad, desde lo público, “lo único verdaderamente de todos”

- ¿Puedes decirme lo que representó en tu vida?
-Una persona así nunca puede pasar por la vida de nadie de forma indiferente. Dejó una huella imposible de borrar a los que tuvimos la fortuna de trabajar a su lado.

-¿Lo que nunca traspasaba?
 -La línea roja de los valores y la ética las tenía muy claras, y con esa misma claridad meridiana exigía y se daba a los demás.