viernes, 7 de junio de 2019

Un ratito más en el Valle delos Caídos

Días antes del 1 de octubre del año 1936 mandos militares que se sublevaron contra la República se reunieron en una finca del ganadero Antonio Pérez Tabernero y cogieron al toro por los cuernos para hacer generalísimo a Franco. Esta jerarquía llevaba aparejada, como si fuera un vagón de cola sin importancia, la Jefatura del Estado. Y llegó el 1 de octubre y Franco se subió contento al tren, y asomado a una de las ventanillas comenzó a repartir promesas mientras seguían matándose españoles no en una guerra sino en una cruzada como dijo la iglesia española. Ésta, cuando falleció aquel generalísimo que tan mal se portó con el pueblo, acogió sus restos mortales en la basílica del Valle de los Caídos. Ahora, unos, que son sensatos, quieren sacarlos de allí y otros, incluidos magistrados del Tribunal Supremo, prefieren que permanezca en la iglesia un ratito más.