miércoles, 3 de enero de 2018

Secreto de confesión


Franco encomendó a su capellán personal, don José María Bulart, una tarea extraña. Pregunte usted, le dijo el dictador, al que quiera confesarse antes de ser ejecutado qué es lo que le motivó a tener tanto odio y a matar de esa manera tan cruel a mucha gente. 
Por Carmen Franco se supo que el capellán de su padre realizó tan difícil trabajo y este fue el resultado que la hija del dictador contó a Jesús Palacios y Stanley G. Payne: “Había una declaración común en los pecados de aquellas personas. Decían que lo que más le había influido era el Mundo Obrero, el periódico comunista". Eso se le quedó marcado a mi padre, apostilló Carmen.
Cuando en octubre de 1974 Felipe González pasó una noche detenido en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía, en Sevilla, un agente le ofreció un ejemplar de “Mundo Obrero” que estaba secuestrado, por si quería leer. El ofrecimiento molestó mucho al líder socialista.