miércoles, 16 de diciembre de 2015

Adormidera

Marcelina acostumbraba a dar adormideras a Federico  para que no se despertara por la noche, pero en una ocasión se le fue la mano y pasó un susto muy grande. Esto lo escuchó en Fuente Vaqueros el periodista Norberto Carrasco cuando fue al pueblo donde nació García Lorca para documentarse sobre los primeros años del poeta. 
Marcelina se ocupó de Federico desde el día que nació hasta que cumplió los nueve.  Según ella el niño era más bueno que el pan y cuando se ponía  a hablar se quedaba “elevá” de lo gracioso que era. Lo lloró más que a un hijo al enterarse de su muerte. Me contó Norberto Carrasco que habló con un vecino que tenía un kiosco donde vendía dulces y poesía de Federico; con un chaval que le llevó a su huerta para enseñarle una cebolla como la “pisá” de un caballo; con otro que se sabía fragmentos de la obra de Lorca. Y también charló con “El Nani”, dueño de la taberna “Cuatro Vientos”. Éste le dijo que muchos extranjeros visitaban a dos mujeres que eran familiares del poeta, pero como ellas no les entendían, se aburrían de hablar de su primo por señas. Marcelina desmintió el asunto de las adormideras, pero en compensación manifestó al periodista que el padre de Federico era un “fuguilla” (En abril de este año se supo que en un documento oficial de 1965 se acusaba a Lorca de socialista, masón y homosexual. Esto fue calificado con acierto como el segundo fusilamiento del poeta).