martes, 6 de septiembre de 2011

¿Libertad o igualdad?

─A casi todos sus entrevistados preguntó usted sobre la juventud, la vejez, la muerte, comenté a Salvador Pániker.
─Sí. ¿Qué pasa con esto?
─Nada. Sólo quería saber por qué abordó esos temas.
─Porque son temas constantes de la condición humana. Me interesan mucho las actitudes de los hombres frente a la muerte.
Salvador Pániker acababa de pronunciar  una conferencia en el Ateneo de Sevilla. De pasada habló sobre su libro “Conversaciones en Madrid” que había tenido un éxito internacional. Este escritor es  ingeniero, filósofo,  catalán como su madre. Su padre nació en la India. La obra contenía 24 entrevistas. Había elegido a 24 personalidades influyentes a principios de los 70.
─¿Cómo reparte el éxito?
─¿Cómo? No comprendo...
─Quiero decirle si ha pensado qué tanto por ciento del éxito de su libro  corresponde a sus entrevistados.

─Aunque parezca inmodestia, yo creo que si las mismas personas hubiesen conversado con otra persona, el libro no hubiese tenido ninguna repercusión, y quizá si yo hubiera conversado con otras, tampoco.
─¿Se creyó todo lo que dijeron sus personajes?
─A partir de los 40 años, todo hombre siempre dice la verdad. El hombre se cree lo que dice.  Y yo creí lo que me decían. El problema no está en decir o no decir la verdad, sino en el inconsciente que le dicta a una persona lo que tiene que expresar.
─¿Tiene porvenir la entrevista?
─Es un género periodístico que cada vez será más difícil por culpa del apresuramiento con que siempre se hacen.
-¿Duraban mucho las suyas?
─Mucho rato. Y una de las cosas que alcancé fue una desinhibición. También conseguí un clímax de relax.
─¿Recuerda lo más fuerte que preguntó?
─Hombre, el libro tiene preguntas bastante fuertes. Lo que pasa es que yo no hacía un interrogatorio como este que me está usted haciendo. Preguntar a un teniente general si cree en una rebelión de coroneles, es fuerte. Preguntar a un ministro del Gobierno si cree que España es una democracia y que me lo explique por qué lo es, es bastante fuerte. Pero como mis preguntas no eran polémicas, sino pícaramente inocentes, no fueron mal interpretadas.
─¿Piensa, como le dijo Ruiz Giménez, que a la gente le preocupa más la igualdad que la libertad?
─Yo no lo veo así. Yo creo que a la gente le preocupa más la libertad que la igualdad.
─¿Con cuál de los 24  se sintió más cómodo?
─Vamos a ver...
─¿Quizá con López Rodó?
─López Rodó era amigo mío desde hacía muchos años. Y, por lo tanto, yo sentí una comodidad especial.
─¿Y con quién más?
─También sentí una comodidad especial con Aranguren, que también es amigo mío. En general me sentí cómodo con casi todos. Esta es la verdad.
─¿Cree que con la entrevista se pretende desnudar al entrevistado?
─Sí, pero ¿usted ha conseguido desnudarme a mí, por ejemplo?
─No. Estamos en febrero,  sentiría usted frío.
─Claro, entre otras razones porque no ha habido tiempo ni de quitarme el abrigo.
Salvador Pániker es presidente honorario de la  “Asociación derecho a morir dignamente”.