sábado, 2 de julio de 2011

300.000 pesetas por un gato blanco

Luís Arenas salió del quirófano cantando “El toreador” de la ópera “Carmen”. Le habían amputado una pierna, bajo anestesia epidural. Fue el 18 de septiembre de 1984.
-Es una lástima, dice, que mi pierna no fuera como las bocas de la Isla, ese tipo de cangrejo a los que se les quita una pata y le vuelve a crecer. La memoria de Luís es mucho mejor que la del canónigo que le casó hacía medio siglo con la que sería para siempre su esposa. El celebrante se olvidó de bendecir las alianzas. Al terminar la ceremonia, los nuevos esposos se lo dijeron y todo se arregló.
Luís Arenas nació en la calle Alfonso XII, número 19. Allí vivió hasta que el médico de cabecera don Vicente Hernández Irala comentó a su padre:
-Prudencio, yo vengo todos los días a tu casa, porque siempre está enfermo alguno de tus diez hijos. Debes irte con toda tu familia al campo. Vete a Nervión, donde sólo hay doce o quince casas.
Allí se fueron y, con el tiempo, Luís se hizo famoso.

jueves, 30 de junio de 2011

De la SER a TVE para sufrir

El nuevo director del Centro Regional de TVE en Sevilla, Francisco Millán, lo presagiaba: no se celebró su  toma de posesión, porque los que debieron asistir tenían  el calendario muy ocupado. Así que el acto tuvo un carácter muy íntimo y lleno de  presentimientos: Millán duraría poco en el caro. Lo cesaron a los seis meses, cuando apartaron de la dirección general de Radiotelevisión española a Fernando Castedo y a su equipo de confianza.
Durante ese tiempo trabajó con intensidad desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche y renunció a las numerosas invitaciones oficiales y sociales de comidas. Esta  actitud, que era beneficiosa para su salud,  no le libró de recibir noticias de los que entonces  ponían límites a su libertad:
El gobernador civil de Sevilla, Sanz Pastor,  puso en su conocimiento que no quería ver  la cara de Pilar del Río en la televisión, porque era de izquierda y porque había dicho palabrotas contra un ministro en una rueda de prensa. El  delegado del Gobierno en  Andalucía, Pérez Millares,  le amenazó telefónicamente porque uno de sus redactores había citado, como fuente de información, al PSOE en relación con los resultados del referéndum de 1981 sobre la permanencia de España en la OTAN.

El azar y la Pantoja

La víspera de su muerte, Paquirri llamó telefónicamente al periodista  Santy Arriazu. Era la una y media de la madrugada. El torero se encontraba en un hotel de Logroño.
-Oye que no me puedo  dormir y quería hablar con un amigo, le dijo. Durante quince minutos conversaron sobre su inmediato viaje a Miami. Le acompañarían su cuñado Agustín Pantoja y el reportero gráfico Manolo Gallardo.
El  26 de mayo de 1979,  Manolo Gallardo tocó dos veces el timbre de  la habitación 119 del Hotel Jerez, donde se debilitaba lentamente el sonido de la ducha.
─Paco, soy Manolo.
─¿Qué pasa?
─¿Estás visible?
-¿Por qué?
-Es que vengo acompañado.
─Espera un momentito.

lunes, 27 de junio de 2011

Con Massiel, mientras comía chuletitas de cordero.

En el restaurante del Hotel Colón con  María de los Ángeles Santamaría un día de invierno de hace muchos años.
La joven cantante preguntó al camarero:
-¿Cómo están las angulas?,
-¡Riquísimas!, le respondió.
-¿Tienen gambas o quisquillas?
-No.
-¡Qué lástima! ¿Están frescas las espinacas?
El camarero guarda silencio. La cantante le pregunta:
-¿Podrían  ponérmelas a la catalana, con uvas pasas y piñones salteados?
-Lo siento.
-¡Qué pena! Tráigame, entonces, endivias; se me apetecen mucho por lo frías que están. Y  querría un poquito de apio. Pero yo tengo que comer más, aunque no tenga apetito.
-¿Algo de carne?
-Sí. Póngame chuletitas de cordero, pero muy hechas.