Luís Arenas salió del quirófano cantando “El toreador” de la ópera “Carmen”. Le habían amputado una pierna, bajo anestesia epidural. Fue el 18 de septiembre de 1984.
-Es una lástima, dice, que mi pierna no fuera como las bocas de la Isla, ese tipo de cangrejo a los que se les quita una pata y le vuelve a crecer. La memoria de Luís es mucho mejor que la del canónigo que le casó hacía medio siglo con la que sería para siempre su esposa. El celebrante se olvidó de bendecir las alianzas. Al terminar la ceremonia, los nuevos esposos se lo dijeron y todo se arregló.
Luís Arenas nació en la calle Alfonso XII, número 19. Allí vivió hasta que el médico de cabecera don Vicente Hernández Irala comentó a su padre:
-Prudencio, yo vengo todos los días a tu casa, porque siempre está enfermo alguno de tus diez hijos. Debes irte con toda tu familia al campo. Vete a Nervión, donde sólo hay doce o quince casas.
Allí se fueron y, con el tiempo, Luís se hizo famoso.